Un concurso literario convocado por el Ayuntamiento dentro de los actos programados en la XXIV Semana Cultural. Una entrega presentada por la Concejala de Cultura Melisa Gallego acompañada por la Alcaldesa Mª José Valdivia.
Y cuyos premiados y trabajos son los siguientes:
FIN DEL TRAYECTO
Primer premio de narración en la categoría de 16 años en adelante correspondiente a Mauricio Guisado Redondo
Otro trayecto concluido, nueva meta volante que tampoco elegí. Poco me influye el moderno filosofar sobre disyuntivas entre el viajero y el turista, ¿quién no se decanta por ser aventurero y explorador?, como Jasón y sus argonautas, ¿o emular a Odiseo en la búsqueda de Ítaca, de un hogar, su hogar? Marco Polo, Magallanes, Sebastián el Cano, el mismísimo Colón, Livingston, Fhineas Fogg, (o su versión ochentera de león animado de impresionante melena, Willy Fogg). Estos personajes, reales o no, despiertan con sus hazañas en quienes los conocen emociones que los hacen universales, envidiables para cualquier viajero. Sin embargo, mi dimensión viajera es otra, más mundana, más a ras de suelo, cerca del barro, encarada al infierno. ¿También es viaje el ir dando tumbos como aquel Lázaro nacido a las orillas del Tormes?
¿Quién soy yo?, cada día me lo pregunto, he atravesado medio mundo para llegar aquí, la esperanza me mantiene viva, esperanza de un camino que no termine en ninguna de estas estaciones de penitencia, ¿quién pondera la gravedad de mis pecados para merecer este castigo? Aquí estoy, en un mundo que no es el mío, que no lo quiero, que nadie lo querría para sí o para quienes ama.
Papeles, burocracia que me ata y me condena: ¿Queréis saber dónde está mi pasaporte, esa mezcla de papel y cartón unido por dos grapas? Se lo quedó él. Soy rehén de una estafa, víctima de una deuda, de no sé qué. Castigo eterno, Prometeo hecho mujer, alimañas que me comen las entrañas cada día, y con cada amanecer me llega una nueva promesa de tortura que no dejará de cumplirse.
El viaje no puede terminar aquí, necesito seguir, no puedo haber nacido para esto, este no puede ser el fin. ¡No!, me niego.
¿Qué hay en mi maleta?, yo no tengo maleta, ellos me suministran lo mínimo para que su negocio no decaiga: nunca me falta un disfraz de puta. Solo recuerdos lejanos me sacan una sonrisa o una lagrimilla de nostalgia, en cambio las experiencias cercanas me invitan que me apee de este mundo. Pero seré fuerte, sí, resistiré. Fuerza, Justicia, imploro vuestra presencia. Consciencia, derrámate en forma de lluvia sobre esta sociedad enferma, ¡te lo suplico! Enfermedad antigua, antigua e injusta, injusta y ciega. La única medicina capaz de remedarla ya está inventada. Sí, eres tú: Consciencia, Consciencia, Consciencia.
Está decidido, mi rumbo tiene que cambiar, será aquí y ahora, este viaje tomará otra dirección. Las luces rojas no me guiarán más, realmente nunca lo han hecho. Hasta ahora he sido presa de humillaciones que han lacerado mi cuerpo, diana de fieros castigos que han convertido mi mente en vertedero de todas las inmundicias de esta humanidad deshumanizada. Es hora de decir ¡Basta!, aún conservo mi espíritu que me dice que existe una salida. No más babas, no más aliento de borrachos, adiós a miradas lascivas de ojos corrompidos por drogas o simplemente por la necedad más despreciable, psicópatas que nunca entenderán palabras como empatía, solidaridad, fraternidad…
Mis carceleros han parado a la entrada de un pueblo, tomarán una cerveza, salpicarán la taza del váter y se meterán alguna raya. Por un momento descuidan mi vigilancia. Veo carteles que indican direcciones hacia Magacela, hacia Villanueva, Campanario. Comienzo a caminar, bajo una cuesta que me introduce en la localidad, veo carteles que anuncian la “XXI Feria Artesanal Ganadera de La Coronada” ya no ando, ahora corro, me atrevería a decir que vuelo, nadie me puede parar. Me encuentro con un municipal, apuesto mi salvación a esta última baza.
─Buenos días, ¿la puedo ayudar en algo
MIERDA DE GUERRA
Primer premio de poesía en la categoría de 16 años en adelante a cargo de Mauricio Guisado Redondo
Once de la mañana de un día de invierno
esperando a salir al patio, que llegue el recreo.
Nunca imaginé que añoraría
aquellas clases de mates que aborrecía.
A la puesta de sol de aquel negro día
del colegio solo quedaba humo y cenizas.
A don Pedro, Andresillo y a Manuelita
un obús se los llevó antes del mediodía.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin consciencia la humanidad está perdida.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin corazón no cerrarán las heridas
Ilusión compartida por todos los nuestros
deseos de un mismo futuro, un mismo techo.
Se oyen campanas de boda por todo el pueblo,
entran los militares, siembran desconsuelo.
─Venimos a por Juan Luis, hijo de Paco el Tuerto.
─No te vayas mi amor, yo a ti te quiero.
Le espera la tapia blanca del cementerio;
luna amarga de hiel, viuda sin lecho.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin consciencia la humanidad está perdida.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin corazón aún sangrarán las heridas
Una vida ya hecha: niños y abuelas,
amistades forjadas, a gusto en la empresa.
El nuevo orden militar te llama enemigo,
asfixiado tu mundo, estás perseguido.
Con cuatro harapos encima, camino al exilio,
llegas a tierra extraña te llaman maldito,
ladrón, terrorista, aquí nada se te ha perdido.
Agradeces seguir vivo y luchas por tus hijos.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin consciencia la humanidad está perdida.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin corazón no cerrarán las heridas
Un prota muy guapetón que viene a salvarnos
Con su fusil y su pistola va matando a los “malos”
Mientras caen por el suelo él va haciendo chistes.
Otra nueva peli de acción que lo peta en los cines
Banalidad del horror, no existen las familias
Violencia exaltada, desprecio a la vida
Al trapicheo con armas no le falta mercado
Deshumanizar a las víctimas está ya inventado
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin consciencia la humanidad está perdida.
Mierda de guerra, asco de avaricia podrida.
Sin corazón aún sangrarán las heridas.
NO A LOS LIBROS
Primer premio de narracción en la categoría infantil correspondiente a Candela Calvo Puga
Érase una vez una niña llamada Julia a la que no le gustaba nada leer.
Sus padres siempre la decían que tenía que leer porque era muy bueno,pero ella seguía sin querer leer. Sus amigos iban todas las tardes a la biblioteca pero ella no quería ir porque se aburría mucho aunque sus amigos también le decían que leer era muy divertido.
Un día Julia llegó del colegio con un libro en la mano,y a sus padres le pareció muyn raro.
Julia terminó de hacer los deberes y se fue a la biblioteca con sus amigos, cuando llegó de la biblioteca sus padres estaban muy contentos y le dijeron: «Julia te has animado a leer, eres una niña muy atrevida y eso nos hace muy felices.
Al final, Julia empezó a interesarse por la lectura. Descubrió que con los libros podías conocer a muchos personajes fantásticos, y cada tarde se iba a la biblioteca con sus amigos y venía a casa con un libro nuevo descubriendo muchas aventuras muy divertidas.